jueves, 9 de agosto de 2012

domingo, 5 de diciembre de 2010



La pequeña y caprichosa Isabel no quiso creer en el destino. Mató su calma e irrumpió en el silencio, abandonó sus costumbres, sus colores, dejó que todo cayera y sin querer cayó tras él. Olvidó los silenciosos caminos de la verdad, la sabiduría, y los castillos de la voluntad y osadía. Manoseó los recuerdos con sangre y miedo. Adelantando a los caballeros, corrió hacia el infierno y rescató a su amado príncipe, pues quién mejor que ella podía hacerlo...



Caminó a través del puente fijando la mirada en sus pies, anduvo muchos metros antes de darse cuenta de que ella ya no estaba allí, era un mero recuerdo el que la transportaba. Calzaba botas negras, cargaba con una armadura y empuñaba una pesada espada. Se abalanzaron sobre ella ejércitos innombrables, miles y millones de hombres con sangre fría y odio en sus ojos, todos ellos preparados para arrancar de ella lo único que le quedaba, su cuerpo desnudo y los veinte agostos.


Zauber

domingo, 26 de abril de 2009



Aunque estés en la penumbra, solo, vencido, triste y confuso...
Aunque no puedas pensar sin dudar, ni amar ni odiar.
Aunque seas incapaz de respirar, caminar o dormir
olvidando lo que atormenta tu ser.
Aunque intentes ocultar tu dolor tras la indiferencia,
deja que te coja de la mano, te mire a los ojos,
que te abrace fuerte para asegurarme de que aún sigues ahí,
y te susurre al oído un interminable
"te quiero".



martes, 14 de abril de 2009

Báilame el agua




Báilame el agua.
Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azúcar... sin aliento.


Daniel Valdés

domingo, 22 de marzo de 2009

Adivina



Adivina adivinanza, ¿quién viste de blanco, se peina con luz y se acuesta en un lecho de azabache?


Adivina, adivinanza, mujer de agua cristalina, guardada por un ejército de diamantes, encaminado por su encanto.
Mujer que posa para todos, pero que no es de nadie.

sábado, 21 de marzo de 2009

Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego



Después de un pequeño paréntesis, me asomo con un conjuro y una bebida entre las manos, la Queimada. Se trata de una bebida alcohólica tradicional de Galicia, y el ritual de su preparación está dirigido a alejar la mala suerte, el mal de ojo, los brujos, meigas i malos espíritus, que amenazan a los hombres y mujeres para intentar maldecirles, ya sea para vengarse o por pura diversión.


La Queimada se originó en los rituales de los druidas celtas, sacerdotes de la religión celta que enseñaban el arte de la guerra y poseían capacidades mágicas como la de predecir el futuro, provocar tormentas o transformar a personas en animales. Las culturas celtas desconocían la escritura y nos dejaron su herencia esculpida en piedra, en los petroglifos abundan los símbolos espirales y sobre todos ellos destaca uno, el llamado Trisquel, es una especie de cruz con tres cabezas, son muchas sus interpretaciones, pero la más común y extendida es que representan los tres elementos básicos de la vida del hombre: la Tierra, el Agua y el Fuego.
Son los mismos tres elementos esenciales en los que se basa la primitiva queimada:

La Tierra: simbolizada en la queimadeira o pote de barro, esa tierra origen i destino del hombre, está presente en todas las culturas.


El Agua: cada gota de aguardiente, es una lágrima de la madre Tierra germinada en forma de granos de uva, sangre fecunda que se fundirá en nuestro cuerpo a través de la pócima, uniéndose a la tierra de nuestros ancestros, a nuestra historia.

El Fuego: que danzará libre en el barro prendido en aguardiente nos servirá, como antaño, para purificarnos, alumbrarnos y calentarnos.


Quizá el único genuino, común de todas las meigas, sea el chorro de Miel que se añadía para dulcificar el trago del fuerte brebaje. Hoy se celebran infinidad de combinaciones, se utilizan nuevos productos que antaño se desconocían como el azúcar blanco fino, corteza de limón y algunos granos de café (7 granos, uno por cada provincia gallega).

Esta sagrada práctica pagana se realiza durante una reunión familiar o de amigos. En plena noche, que es el momento idóneo para realizar el conjuro, se reúnen todos alrededor de la queimada, y uno de ellos debe levantar con un cucharón el líquido en llamas y dejarlo caer poco a poco en el recipiente mientras pronuncia el Conxuro:


Buhos, lechuzas, sapos y brujas.
Demonios maléficos y diablos, espíritus de las nevadas vegas.
Cuervos, salamandras y meigas, hechizos de las curanderas.
Podridas cañas agujereadas, hogar de gusanos y de alimañas.
Fuego de las almas en pena, mal de ojo, negros hechizos, olor de los muertos, truenos y rayos.

Ladrido del perro, anuncio de la muerte;
hocico del sátiro y pie del conejo.

Pecadora lengua de la mala mujer casada con un hombre viejo.

Infierno de Satán y Belcebú, fuego de los cadáveres en llamas, cuerpos mutilados de los indecentes, pedos de los infernales culos, mugido de la mar embravecida.

Vientre inútil de la mujer soltera, maullar de los gatos en celo, pelo malo y sucio de la cabra mal parida.

Con este cazo levantaré las llamas de este fuego que se asemeja al del infierno, y huirán las brujas a caballo de sus escobas, yéndose a bañar a la playa de las arenas gordas.
¡Oíd, oíd! los rugidos que dan las que no pueden dejar de quemarse en el aguardiente quedando así purificadas.
Y cuando este brebaje baje por nuestras gargantas, quedaremos libres de los males de nuestra alma y de todo embrujamiento.

Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego, a vosotros hago esta llamada:
si es verdad que tenéis más poder que la humana gente, aquí y ahora, haced que los espíritus de los amigos que están fuera, participen con nosotros de esta queimada.



Una taza nos PURIFICARÁ protegiendo nuestra alma del meigallo.
La segunda taza nos ALUMBRARÁ despejando nuestra mente de prejuicios. Será LUZ que ilumine el camino.
La tercera taza, nos CALENTARÁ despertando nuestras pasiones. Pero será el aviso de que estamos en el umbral de los infiernos, al que accederemos si consumimos una cuarta taza.

lunes, 9 de marzo de 2009


AUSENTE DURANTE UNA TEMPORADA. GRACIAS POR TODO VUESTRO CARIÑO, UN BESO